EL ANÁLISIS DAFO

“Se vive mejor sin hacer nada”, “Cada uno es rey de su parcela y no entra nadie”, “Si se gana dinero todo va bien”, “No es momento de cambios”, “¿Para qué?”...
Todo esto no es más que miedo al fracaso, pero lo que nos hace valientes no es no temer, sino enfrentarnos a lo que nos asusta.
Ante la pregunta de ¿Por qué? o ¿Para qué?, nuestra respuesta es siempre "Para seguir creciendo, para mejorar, para ser todo lo bueno que sé que puedo ser, para vivir como deseo, para prevenir posibles baches... para sobrevivir.
Una herramienta muy útil es el Análisis Dafo, que no es más que una metodología de estudio de la situación competitiva de una empresa en el mercado y de sus características internas que nos permite determinar sus Fortalezas, Oportunidades,Debilidades y Amenazas; las debilidades y fortalezas son internas a la empresa; las amenazas y oportunidades son externas, y se presentan en su entorno. Esto no es más que la conclusión a la que llegamos cuando nos preguntamos:

Oportunidades
¿Qué buenas oportunidades tiene la empresa?
¿De qué tendencias del mercado se tiene información?
¿Existe una coyuntura favorable en la economía del país?
¿Qué innovaciones tecnológicas se están presentando en el mercado?
¿Qué cambios en la normativa legal y/o política se están presentando?
¿Qué cambios en los patrones sociales y de estilos de vida se están presentando?

Amenazas
¿A qué obstáculos se enfrenta la empresa?
¿Qué están haciendo los competidores?
¿Se tienen problemas de recursos de capital?
¿Puede algunas de las amenazas impedir totalmente la actividad de la empresa?
Si algo he aprendido en mis años de experiencia y contacto directo con todo tipo de empresarios, es que un negocio implica un analisis constante: de lo malo, pero también de lo bueno. Si sabemos por qué nos va bien, cuál es la clave del éxito, podremos cuidar aquello que nos hizo llegar alto y detectar aquello no tan bueno que nos puede llevar a la ruina y prevenir, prevenir, prevenir... porque cuando ya estamos en el pozo, salir es de lo más duro.
Un empresario tiene que ser dinámico, abierto, curioso; estar en constante evolución. iIusionado en aprender, en descubrir nuevos mercados o diseñar nuevas estrategias empresariales.
Los clientes y los mercados son muy caprichosos, y suelen funcionar de forma muy básica y en ocasiones muy subjetiva. Se nos conquista por la imagen, por las novedades, por la sensación de ser especiales y únicos por tanto, muchas veces la clave reside en hacer de nuestra empresa, de nuestro producto, algo único y diferente y convencer a los consumidores de que esto es así. La publicidad, internet… esos grandes desconocidos para el empresario de toda la vida, son herramientas básicas para el mundo de hoy en día. No dejemos de innovar, no nos estanquemos, no nos confiemos ni nos rindamos.
Porque cuando todo va mal y la palabra "crisis" la tenemos hasta en la sopa, no debemos olvidar que la economía es cíclica y que todo pasa, así que aprovechemos este parón para aprender de él y hacernos aún más fuertes.

Lidia