"SALVEMOS AL ENFERMO"

Durante este año 2009 son muchas las empresas que se han convertido en acreedoras de empresas que han presentado concurso de acreedores o, en el pero de los casos, se han visto ellas mismas inmersas en esta situación.

Por definición el concurso de acreedores consiste en:

“Es el juicio universal promovido contra el deudor cuando no cuenta con medios suficientes para pagar todas sus deudas. Procede cuando el pasivo de una persona no comerciante (pues en otro caso nos encontraríamos con la quiebra y no con el concurso) es superior a su activo; y quiere entregar éste a sus acreedores para que se cobren con él. También pueden solicitarlos éstos, para cobrar mediante la cesión de los bienes del deudor, hasta donde aquéllos alcancen. Se trata, al mismo tiempo, de un procedimiento de ejecución por el cual el deudor se evita la serie de acciones de cada uno de sus acreedores; y éstos perciben, en cuanto resulte posible, sus créditos valiéndose de un procedimiento colectivo que los garantiza y defiende.”

Las empresas que tienen problemas de liquidez que les impiden cumplir regularmente con sus obligaciones, deben analizar su contabilidad, la generación de fondos, la posibilidad de obtención de financiación ajena, el techo de su mercado, sus clientes y su línea de producción.

El resultado indicará si la empresa debe optar por esta vía para salvaguardar sus intereses llegando a un convenio extrajudicial que posibilite la continuidad empresarial o tomar la dura decisión de “abandonar el barco”.

El empresario debe asesorarse económica y jurídicamente por profesionales de esta materia, con el objeto de conocer en todo momento cuales son las consecuencias que la presentación de un concurso traerá consigo.

Aquí sucede como en medicina, si se diagnostica a tiempo una “grave enfermedad”, es posible poner remedio, aunque conlleve emplear métodos poco agradables como reducir la plantilla, la reestructuración empresarial, el cierre de centros de trabajo o unidades de producción, etc.

Ahora bien, si el “enfermo” está tan grave que ni aún empleando la cirugía es posible salvarle, lo que procede es asumir esa situación, y solicitar a la mayor brevedad la liquidación empresarial como única solución para satisfacer a los acreedores.

Muchos empresarios lo ven como algo que perjudica sensiblemente su imagen, pero bajo mi humilde punto de vista, puede suponer su salvación (siempre y cuando se haga en el momento oportuno y manejado de una forma adecuada a los intereses económicos de la empresa).

circulo gacela

Lidia, Directora de Cuenta