Teniendo en cuenta que entre los servicios que prestamos en Círculo Gacela a los autónomos y empresas se encuentran entre otros los financieros, es inevitable que nos afecte de lleno la situación que viven las entidades bancarias.
Es oportuno por tanto detenernos a considerar no ya la situación actual por la que atraviesan los bancos y cajas de ahorros, de todos conocida, sino que resulta mucho más útil analizar el futuro inmediato de las entidades de crédito, esto es, su capacidad de reacción y de recuperación ante la crisis. El sector empresarial más afectado en cuanto a beneficios obtenidos puede ser el financiero, dado el fuerte aumento de la mora.
La caída de Lehman el pasado mes de octubre desató el temor a una quiebra en cadena de entidades. Esta situación parece haber remitido. Los gobiernos y bancos centrales parecen haber aprendido de las funestas consecuencias del colapso de una entidad con un balance tan abultado. Los estados han demostrado estar dispuestos a garantizar activos y pasivos de las entidades, avalar emisiones, inyectar capital, o incluso nacionalizar bancos. Cualquier cosa antes que se produzca otro caso como el de Lehman. En España, tan solo una entidad, la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha ha tenido que ser intervenida por el Banco de España. En este punto no debemos dejarnos arrastrar por el pesimismo.
Un problema más grave, quizás el principal, es que pese al apoyo estatal, los bancos están en una situación de desapalancamiento y reducción de su balance que provoca una restricción crediticia a la economía real. Esto ha provocado que la crisis se traslade desde las propias entidades a las empresas y familias, que son quienes están padeciendo las restricciones crediticias. Las medidas adoptadas por los gobiernos no han logrado, de momento, hacer que el crédito se recupere. En tanto no se recupere la estabilización del sistema financiero y vuelva a fluir el crédito las economías domésticas continuarán siendo castigadas. Los bancos y cajas de ahorros son las tuberías del sistema económico por las que discurre el crédito. Sin sistema financiero saneado no hay crédito. Sin crédito no hay crecimiento económico. En este apartado, la situación todavía dista de mejorar.
En tercer lugar, las previsiones de crecimiento económico estarán influenciadas por un panorama de recesión al menos durante todo el año 2009. Los datos de crecimiento de las principales economías en la primera parte de este ejercicio han sido malos y prevén una fuerte recesión para el siguiente, 2010. Por tanto, la recuperación del crecimiento previsiblemente se demorará hasta 2011. Sin embargo, en la segunda parte de este año las tasas de desaceleración económica disminuirán. La economía seguirá creciendo pero a menor intensidad. Es una cuestión que sólo irá solucionándose progresivamente.
En cuanto a la inflación, el incremento de los precios ha dejado de ser un problema. La fuerte caída de las materias primas acentúa la reducción de la inflación durante este ejercicio. Vivimos una desinflación, una desaceleración en el ritmo de crecimiento de los precios. Es decir, que se ha cambiado un inconveniente por otro.
Aunque son muchos y complejos los indicadores económicos a considerar en una crisis financiera, no podemos dejar de remitirnos por último al mercado inmobiliario americano. No es previsible una recuperación hasta principios de 2010. En caso de prolongarse todavía más el ajuste, la economía americana se resentiría y retrasaría su vuelta al crecimiento.
En conclusión, tras quince años de fuerte crecimiento de la economía mundial ha llegado la hora del ajuste. En las bolsas gran parte del mismo ya se ha producido adelantándose al ajuste de la economía real. La recuperación previsiblemente vendrá liderada por Estados Unidos y después por Europa; mientras que en España es de prever un cierto retraso en la recuperación. En tanto las entidades no repunten y existan restricciones crediticias, las empresas y autónomos, que son los clientes de Círculo Gacela, sufrirán las consecuencias.
Angeles
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